lunes, 21 de septiembre de 2009

Fiestas en Oville (I)
Son varias las fiestas que se celebran a lo largo del año en Oville. Empezaremos con la primera del calendario, la de San Pelayo.
No hace mucho, se descubrió en Oville los restos de una antigua ermita. Buscando datos de su existencia y viendo archivos del S. XVII, se llegó a la conclusión de que se trataba de una pequeña ermita dedicada al santo Pelayo. Se cree que por Oville pasó el cuerpo sin vida del joven Pelayo hasta Oviedo, de ahí que hiciesen una ermita en Oville. Son muy pocos los datos que se han obtenido para saber qué orden religiosa llevó a cabo la ermita, ya que en el siglo XI llevaron el cuerpo de Pelayo de Córdoba a León y, posteriormente a Oviedo.

En el año 2006, los vecinos de Oville, en su mayoría jubilados, empezaron las obras para levantar la ermita, ya que sólo se conocía su ubicación por los cimientos y por archivos. Se pusieron manos a la obra y con ayuda del Ayuntamiento de Boñar y de gente desinteresada en que los jóvenes no perdamos las raíces del lugar del que son nuestras familias, empezaron a construirla. Y parece que les gustó tanto la idea de acabarla, que solo tardaron unos meses en acabarla.

Como dato curioso, la imagen de Pelayo fue comprada en una subasta por Internet.

Aquí os dejo el enlace del Diario de León en la que he sacado el fragmento de la ermita de San Pelayo. http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=214463
`` La ermita de San Pelayo Pero estos inquietos y dinámicos vecinos de Oville, animados por ese afán de recuperación y restauración, que en su día les inculcó el párroco de Boñar y ecónomo de su iglesia, Carlos Santos Vega -hoy párroco de Jesús Divino Obrero, en León-, al restaurar muy dignamente la devastada iglesia parroquial, la vieja escuela y la recoleta placita de la ermita urbana, han querido ser fieles a esa línea tan gratificante y se han ido al monte, a recuperar una de las reliquias perdidas desde el siglo XIX, la ermita de San Pelayo, santo muy venerado por sus antepasados, que ya en el siglo XVI habían alzado, sobre cimientos anteriores, que han sido descubiertos convenientemente para un posible estudio que pueda aclarar su datación, espacio ocupado y contraste con los documentos celosamente custodiados por el actual párroco de Boñar, Abel Viñuela. Con el gusto y respeto a las construcciones populares, que un día sembraron de ermitas milagreras y votivas nuestra más escondida geografía rural, nuevamente los canteros y albañiles de Oville se trasladaron animosamente hasta el paraje y prados conocidos globalmente por San Pelayo, para reconstruir en un tiempo récord la simpática ermita que dormía el sueño del olvido entre un tupido robledal y que guardaba los restos de la que un día congregó devotamente a las gentes de Oville. Y no nos fue fácil el acceso para conocer y sacar fotografías de la ermita. Gracias a la amabilidad de Jerónimo Morán, que nos prestó su todoterreno para llegar al lugar descrito. Y es que San Pelayo, tras el aberrante martirio que sufrió en Córdoba el 26 de junio del año 925 por orden del propio Califa, Abderramán III, al defender a ultranza su religión y virtud, fue reclamado su cuerpo por el rey Sancho I El Gordo , que lo consiguió en el año 967 por concesión del entonces Califa Alhaken, y fue enterrado en León en un cenobio dedicado al santo. Por este motivo, multitud de pueblos, iglesias y ermitas, se pusieron bajo la advocación de este niño, que a los trece años supo defender su honor hasta la muerte. Pocos años después de este traslado, cuando Almanzor saqueaba la ciudad de León, el cuerpo de San Pelayo fue trasladado a Oviedo para preservarlo de la profanación sarracena, pero no volvió; y si hoy queremos contemplar la urna donde reposan sus restos, tenemos que ir al convento de las Pelayas, en la capital asturiana.´´

En el día de su fiesta, en Junio, todos los vecinos (y visitantes) se reúnen en torno a la remita para celebrar una misa y posteriormente una comida junto a la ermita en la que cada uno come y bebe, incluso echarse una siesta después del invite.


lunes, 6 de julio de 2009

Localizacion de Oville y un poco de historia

Oville es una pequeña localidad, situada en la montaña oriental leonesa, a unos 8 kms. de Boñar, cabecera de comarca y ayuntamiento al que pertenece.Para poder acceder a él es preciso subir por la carretera en dirección a la estación de esquí de S. Isidro y desviarse en la famosa Venta del Remellán, conocida por las tortillas, las truchas, hoy día por desgracia de piscifactoría, y las natillas. Pues bien, tomando dicha desviación a unos tres kms. y medio a través de un valle angosto y precioso a la vista de la montaña Prado LLano, blanca caliza en verano y más blanca aún en invierno, se llega al pueblo que engaña a primera vista dada su longitud, pero más tarde nos damos cuenta de su verdadero tamaño, escaso pero bonito.En la actualidad sus únicos moradores son jubilados, amables, educados y atentos con los forasteros que se pierden por su valles y veredas. De hecho es uno de los pueblos más grandes del municipio.

Entre los restos interesantes, cuenta con un molino rehabilitado por los habitantes del pueblo, de los más de doce con que llegó a contar en algún momento.

Aunque existen vestigios de minas romanas, los orígenes como núcleo habitable parece que se remontan a campamentos de verano como puerto para ovejas, de donde parece ser que deviene su nombre.Durante la Guerra Civil estuvo ocupado durante dos años por los republicanos, los cuales en su huida utilizaron la táctica de la tierra quemada, dejando únicamente en pie un palomar.

El fuego se divisaba desde varios kilómetros. Muchos de los antiguos vecinos declinaron regresar ya que lo único que se conservaba de las casas eran sus muros derruidos. Actualmente el núcleo lo componen una treintena de casas, casi todas de piedra.No hay bar ni taberna, únicamente existe un “teleclub” bien equipado donde se reúnen los vecinos a “echar la partida”. Se turnan entre ellos para gestionarlo y al concluir cada uno de ellos realiza una cena donde lo único que se paga es el coste de la misma, pero que constituye una magnífica excusa para reunirse todos ellos así como los vecinos que bien ocasionalmente, bien habitualmente los fines de semana se acercan al pueblo.

El pueblo cuenta con una iglesia del siglo XVIII, derruida durante la guerra y rehabilitada por los vecinos en 1982 así como dos ermitas, la de Santiago y S. Pelayo, ésta última redescubierta hace un par de años.

Con motivo de la festividad de S. Adriano se realiza una fiesta popular en la que todos los vecinos y descendientes del pueblo se reunen para comer una "chanfaina" típica en una pradera cercana, jugar unas partidas y por la noche disfrutar del baile.

Durante la primavera y el verano son muchos los forasteros que se atreven a realizar la travesía Oville-Nocedo de Curueño de una belleza sin igual.

lunes, 29 de junio de 2009

Por orden del señor alcalde....

Hola amigos.

He creado este blog para publicar noticias, fotos, videos, etc... de ese heremoso pueblo y ''olvidado'' en Internet, llamado Oville, enclavado en el norte de las Montañas Leonesas.

Cómo no, en este sitio web, se tendrán al día noticias relacionadas con Oville con la mayor rapidez que su creador pueda darse.

Pasado, presente y futuro. Eso es lo que pretendo darle a este blog. No olvidar el pueblo donde muchos (si no demasiados) han nacido, pasado sus veranos, o incluso habeis pasado por alli a echar un vistazo al pueblo.

Sin más, espero que disfruteis del Blog tanto como yo.

Un saludo.