lunes, 6 de julio de 2009

Localizacion de Oville y un poco de historia

Oville es una pequeña localidad, situada en la montaña oriental leonesa, a unos 8 kms. de Boñar, cabecera de comarca y ayuntamiento al que pertenece.Para poder acceder a él es preciso subir por la carretera en dirección a la estación de esquí de S. Isidro y desviarse en la famosa Venta del Remellán, conocida por las tortillas, las truchas, hoy día por desgracia de piscifactoría, y las natillas. Pues bien, tomando dicha desviación a unos tres kms. y medio a través de un valle angosto y precioso a la vista de la montaña Prado LLano, blanca caliza en verano y más blanca aún en invierno, se llega al pueblo que engaña a primera vista dada su longitud, pero más tarde nos damos cuenta de su verdadero tamaño, escaso pero bonito.En la actualidad sus únicos moradores son jubilados, amables, educados y atentos con los forasteros que se pierden por su valles y veredas. De hecho es uno de los pueblos más grandes del municipio.

Entre los restos interesantes, cuenta con un molino rehabilitado por los habitantes del pueblo, de los más de doce con que llegó a contar en algún momento.

Aunque existen vestigios de minas romanas, los orígenes como núcleo habitable parece que se remontan a campamentos de verano como puerto para ovejas, de donde parece ser que deviene su nombre.Durante la Guerra Civil estuvo ocupado durante dos años por los republicanos, los cuales en su huida utilizaron la táctica de la tierra quemada, dejando únicamente en pie un palomar.

El fuego se divisaba desde varios kilómetros. Muchos de los antiguos vecinos declinaron regresar ya que lo único que se conservaba de las casas eran sus muros derruidos. Actualmente el núcleo lo componen una treintena de casas, casi todas de piedra.No hay bar ni taberna, únicamente existe un “teleclub” bien equipado donde se reúnen los vecinos a “echar la partida”. Se turnan entre ellos para gestionarlo y al concluir cada uno de ellos realiza una cena donde lo único que se paga es el coste de la misma, pero que constituye una magnífica excusa para reunirse todos ellos así como los vecinos que bien ocasionalmente, bien habitualmente los fines de semana se acercan al pueblo.

El pueblo cuenta con una iglesia del siglo XVIII, derruida durante la guerra y rehabilitada por los vecinos en 1982 así como dos ermitas, la de Santiago y S. Pelayo, ésta última redescubierta hace un par de años.

Con motivo de la festividad de S. Adriano se realiza una fiesta popular en la que todos los vecinos y descendientes del pueblo se reunen para comer una "chanfaina" típica en una pradera cercana, jugar unas partidas y por la noche disfrutar del baile.

Durante la primavera y el verano son muchos los forasteros que se atreven a realizar la travesía Oville-Nocedo de Curueño de una belleza sin igual.

2 comentarios:

  1. Simplemente darte animos en este comienzo con tu blog. Te seguiremos echando un vistazo de vez en cuando. Un saludo.

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